Proyectos
Palacio de la Inquisición
El palacio de la Inquisición está constituido por dos edificaciones que ocupan parte del lugar en la que se levantaron las casas de un piso, en las que se estableció este tribunal a su llegada a Cartagena en 1610. La edificación actual con dos plantas y entresuelo es, según Marco Dorta el mejor ejemplar que dejó en Cartagena la arquitectura civil del siglo XVIII, que el Santo Oficio había adquirido en 1630. Durante el bombardeo de Cartagena por la escuadra de Vernon en 1741, una bomba desmanteló la casa y hubo que derribarla. El edificio se terminó de construir en 1770
La fachada del edificio de la Inquisición, con sus rejas en la planta baja y los balcones en el piso superior es la característica de las casonas coloniales de Cartagena. La portada es un elaborado ejemplar barroco único en la ciudad.
El tribunal de la Inquisición funcionó hasta el año de 1821, a excepción del período comprendido entre 1811 hasta 1816, cuando Cartagena fue un estado Soberano antes de la reconquista de Morillo.
En 1940 se convirtió en la sede del Museo Histórico de Cartagena. Por falta de mantenimiento se fue deteriorando, por lo que el Distrito de Cartagena y El Ministerio de Cultura decidieron restaurarlo en el año 2003 y acondicionarlo para albergar el Museo Histórico de Cartagena, el Museo de la Inquisición, el Archivo Histórico de Cartagena y la sede de la Academia de la Historia de Cartagena. Se destaca su soberbia portada en piedra coralina de estilo barroco.
La restauración estuvo a cargo del consorcio constituido por la firmas de Alberto Samudio y CIVILCO Ltda., con la participación de varios restauradores de la ciudad,
Esta obra obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en el año 2004 en la categoría de Restauración en la bienal organizada por la Sociedad Colombiana de Arquitectos Es de las obras más visitadas por los turistas y por los colegios de la ciudad.
Teatro Heredia
El Teatro Heredia también llamado Adolfo Mejía, es una de las obras emblemáticas de la arquitectura republicana cartagenera. Fue construido dentro de la iglesia anexa al claustro de la Merced, después de muchos esfuerzos que comenzaron con la creación en 1884 de una sociedad por acciones llamada Compañía del Teatro de Variedades de Cartagena, promovida por el presidente Rafael Núñez, hasta cristalizar la idea en 1906 cuando se comenzaron las obras contratadas con el arquitecto empírico Luis Felipe Jaspe, artista multifacético que dejó muchas obras en el renacer de Cartagena desde finales del siglo XIX hasta los primeros años del siglo XX.
El teatro fue inaugurado el 13 de noviembre de 1911, como una de las obras para conmemorar el primer centenario de la independencia de Cartagena como Estado Soberano.
A partir de su inauguración el Teatro Municipal, que así se llamó inicialmente, se convirtió en el escenario de las más importantes representaciones artísticas. En él se presentaron famosas compañías de ópera, operetas, zarzuelas, de teatro, de comedias, dramáticas, que trajeron a Cartagena reconocidas figuras internacionales.
Con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento fue deteriorándose hasta que llegó a un estado de ruina que obligó a cerrar sus puertas en los primeros años de la década de 1970.
Desde entonces fueron varios los esfuerzos que se hicieron para restaurarlo. Por fin la Fundación para la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Colombiano, responsable del inmueble mediante un contrato de comodato con el Distrito de Cartagena, contrató con la firma de Alberto Samudio Trallero el levantamiento arquitectónico y el desmonte de la arquitectura interior del teatro, acogiendo las recomendaciones contenidas en el estudio estructural realizado por una firma de ingenieros de Bogotá, después de determinar que cualquier trabajo que fuere a emprenderse tendría que contemplar el refuerzo de la estructura que haría indispensable desmontar pisos y cubiertas y con ellos, balcones, celosías y demás ornamentos.
Por cambios en las políticas del Banco de la República, principal financiador de las obras entre los demás socios de la Fundación, la obra estuvo paralizada varios años, hasta enero de 1988, fecha en que comenzaron los trabajos contratados con la firma de Alberto Samudio con planos de restauración arquitectónica realizados y donados por el arquitecto restaurador Alberto Samudio T.
El Teatro fue engalanado por dos bellas obras donadas por el maestro Enrique Grau: la pintura del plafón de la platea que representa las musas de las artes y el telón de boca titulado “Un regalo a Cartagena”. Se restauraron todas las piezas ornamentales de yeso, recubiertas en laminilla de oro de 22 quilates y la pintura del tímpano de la boca del escenario, obra de Jaspe y las de los costados de la boca que habían sido traídas de Europa.
Después de nueve etapas, entre las cuales mediaban suspensiones que a veces demoraban varios meses, generalmente por falta de recursos monetarios, el Teatro por fin abrió sus puertas el 31 de julio de 1998 con la presencia del Sr. Presidente de la República, Dr. Ernesto Samper Pizano y la Primera Dama Jackin de Samper y autoridades distritales y departamentales.
El proyecto del Teatro mereció a su proyectista el premio Carlos Arbeláez Camacho otorgado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos, en el marco de la XVII Bienal de Arquitectura del año 2.000 al mejor proyecto en la categoría de restauración.
El Teatro Heredia / Adolfo Mejía es hoy el epicentro de la cultura de Cartagena y, en ciertas épocas del año, de Colombia, dados los espectáculos de excelente calidad que en él se presentan entre los cuales se pueden mencionar el Hay Festival, el Festival Internacional de Música de Cartagena y el Festival Internacional de Cine. FICCI.
A lo largo de cada año el Teatro es sede de múltiples eventos de carácter académico, musical, dramático, institucional y folclórico, que contribuyen al desarrollo cultural y turístico de la ciudad.
Claustro Santo Domingo
El primer convento dominico estuvo localizado cerca de la plaza de los Coches. Su construcción, iniciada cerca de 1538, era de palma y bahareque, por lo que fue destruida por el incendio que destruyó buena parte de la ciudad en 1552.
El segundo convento se comenzó en su actual emplazamiento en 1578 con la construcción de la iglesia. La nave principal de la iglesia quedó cubierta en 1630 y a partir de entonces recibieron gran impulso las obras del convento. A mediados del siglo XVII se construyó el edificio de la torre y portería. El claustro fue en principio de una sola planta a excepción de la celda sobre la portería. Sin conocer la fecha exacta de la transformación del claustro de una planta en el edificio que hoy se conserva, podemos decir que este es en gran parte una obra de la segunda mitad del siglo XVIII, dada la expresión arquitectónica de marcado acento neoclásico de la arcada de la segunda planta.
Después de la independencia, el convento fue utilizado como cuartel republicano. Cuando Morillo toma la ciudad ocupó el convento con el batallón del rey. El convento quedó arruinado. En 1849 bajo el gobierno del general Tomás Cipriano de Mosquera la comunidad religiosa es expulsada del territorio nacional, sus bienes confiscados y su convento de Cartagena es transformado en cuartel militar.
Posteriormente, cuando Monseñor Eugenio Biffi es nombrado obispo de Cartagena consiguió que el gobierno nacional le entregara el claustro para el funcionamiento del seminario que Biffi puso bajo la dirección de los padres eudistas y fue reparando el edificio al conseguir recursos económicos.
A la muerte de Biffi en 1896 lo sucede monseñor Pedro Adán Brioschi quien había venido con él de Italia para ser su secretario. Este prelado fue elevado a la categoría de arzobispo el 20 de julio de 1901 y el claustro de Santo Domingo fue objeto de sus desvelos. El edificio con algunas modificaciones se conservó en buen estado a partir de entonces en manos de la comunidad eudista, quienes siguieron regentando allí el Seminario Mayor, hasta la década de los sesentas, cuando fue trasladado a la vecina Barranquilla siendo arzobispo Monseñor José Ignacio López Umaña.
El Seminario regresó a Cartagena bajo el arzobispado de monseñor Carlos José Ruiseco, consagrado en 1983 y volvió a ocupar el claustro de Santo domingo. Hasta entonces había sido utilizado para varias actividades de la arquidiócesis ya bastante deteriorado por el abandono y la acción de la humedad, los insectos xilófagos y el salitre. Fue sometido a reparaciones con el fin de que los seminaristas dispusieran de unas condiciones dignas de alojamiento.
El Seminario funcionó en el claustro de Santo Domingo hasta 1995 en que fue trasladado a una nueva sede en Turbaco.
En 1999 se firma el contrato de cesión de uso entre la Arquidiócesis de Cartagena y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). Para la restauración del Claustro y su acondicionamiento para el funcionamiento del Centro Iberoamericano de Formación (CIF), cuyo proyecto de restauración fue encargado a la firma de Alberto Samudio T. Las obras estuvieron a cargo de la Escuela Taller Cartagena de Indias.
El proyecto rescató muchos de los espacios originales que habían sido fraccionados para obtener locales más pequeños y, lo más importante, restauró la volumetría del inmueble al construir las cubiertas como habían sido las originales, con los corredores cubiertos con azoteas planas y las crujías anexas con techos a dos aguas en teja de barro, disposición que había cambiado monseñor Brioschi al cubrir con techo de teja romboidal importada de Italia, a dos aguas desde los corredores hasta las fachadas de las crujías, desestabilizando la arcada norte que bordea el patio central por el empuje de las cubiertas sin tensores.
El Centro de Formación ha desarrollado una labor extraordinaria en Cartagena, ofreciendo seminarios, cursos, conferencias gratuitas, en unas instalaciones dotadas de los más avanzados equipos técnicos.
Batería del Ángel San Rafael
La batería del Ángel San Rafael es una fortificación localizada en la cima del cerro del Horno, en la isla de Tierrabomba, en el poblado de Bocachica. El Ing. militar Antonio de Arévalo la comenzó a construir en 1762, ante la inminencia de una guerra con Inglaterra. Sus fuegos cubrían la playa sobre mar abierto por la cual habían desembarcado el barón de Pointis en 1697 y Vernon en 1714. La batería quedó comunicada por un túnel que llega a orillas de la bahía cercana a la batería de Santa Bárbara.
Una parte de la batería que se hizo en fajina (tierra y cañas) por la urgencia de la guerra con Inglaterra fue demolida más tarde y reconstruida en materiales más duraderos. La única actuación bélica que tuvo esta batería fue su defensa, por parte de los republicanos que la defendieron del ataque que organizó Pablo Morillo luego de haber tomado Caño del Oro, en su intento de apoderarse de la bahía, antes de la toma de Cartagena. La batería formaba parte de un cerrojo táctico conformado por el castillo de San Fernando y el fuerte de San José que cerraban el canal de Bocachica, las baterías de San Felipe, Santiago y Chamba y la batería de Santa Bárbara.
Después de la toma de Cartagena por parte de Morillo la batería fue abandonada y llegó a estar en un estado tan ruinoso que el restaurador Juan Manuel Zapatero la había dado por perdida. No obstante, un consorcio conformado por la firma de Alberto Samudio T. y CIVILCO ganó una licitación abierta por el Ministerio de Obras Públicas y la restauró con la vinculación de otros profesionales especialistas en restauración. Se recuperó su foso seco, sus escarpas, cuyos pedazos se encontraron fraccionados en el fondo del foso, su adarve, los merlones, las troneras, la garita, parte de la cocina, el tendal de artillería y el aljibe, al igual que el túnel que se encontraba repleto de excremento de murciélagos.
En el fondo del foso, que estaba tapado por tierra y maleza, se encontraron los cañones arrojados allí por los defensores patriotas, después de inutilizarlos clavando el orificio de la mecha con un clavo al rojo vivo, antes de escapar en compañía de los cartageneros que salieron antes de que Morillo entrara a la ciudad. Los cañones se instalaron sobre cureñas fabricadas con planos encontrados en el Archivo Nacional y se instalaron en sus respectivas troneras.
Hoy la batería del Ángel San Rafael forma parte de los atractivos constituidos por las defensas de la bahía de Cartagena en la época del dominio de la dinastía de los borbones con las otras fortalezas nombradas en esta nota.
La batería del Ángel San Rafael fue merecedora del Premio Nacional de Arquitectura en la Categoría de Restauración en el año 1998.
Casa de la Virreina Cartagenera
Localizada en la calle de la Factoría, llamada así porque allí vivió en el siglo XVIII, María Ignacia Sala, quien casó con el gobernador de Cartagena, Juan de Torrezar Díaz Pimienta, nombrado posteriormente Virrey de la Nueva Granada, aunque murió antes de tomar posesión del cargo al llegar a Santa Fe después de un accidentado viaje a través del río Magdalena. María Ignacia era sobrina del Marqués de Valdehoyos y nieta del gobernador de Cartagena, Ignacio de Sala.
En 1990 la casa fue adquirida por el señor Henry Eder para utilizarla como segunda residencia, y restaurada y acondicionada por la firma de Alberto Samudio T., devolviéndole su distribución original, pues el uso de colegio de enseñanza media había alterado su distribución con divisiones que fraccionaron la mayoría de sus espacios. La casa se mantiene hoy en perfecto estado de conservación
Casa del Virrey Eslava
Recibe ese nombre porque fue vivienda del Virrey Sebastián Eslava cuando vino a Cartagena en 1739 a preparar la defensa de la ciudad del asalto de Edward Vernon en 1741 con la colaboración de Blas de Lezo, comandante de la plaza y el ingeniero militar Carlos Desnaux.
Desde finales del siglo XIX funcionó un colegio de enseñanza media que añadió al primer inmueble otros vecinos para ampliar el plantel. En el año 2006 todo el conjunto inmobiliario fue adquirido por la firma Constructora Barajas, la cual le encargó a Alberto Samudio Trallero un proyecto para desarrollar en un área de 14.806 metros cuadrados 56 viviendas de diferentes áreas, habitaciones y características.
Samudio desarrolló un proyecto que rescató los espacios originales del inmueble y sus patios interiores, y diseñó unos bloques de apartamentos de arquitectura contemporánea en armonía con la colonial. Además, dotó todo el conjunto residencial con más de 80 parqueaderos subterráneos que fueron un atractivo adicional para sus clientes.
Al rescatar las fachadas originales, el proyecto le dio un aire señorial a la calle del tejadillo donde está situado.
Casa de Instrumentos Públicos
Localizada en la calle de Baloco en Cartagena. La Oficina de Registro de Instrumentos Públicos contrató con la firma de Alberto Samudio T. en 1986 la restauración y acondicionamiento de esta bella mansión colonial para su sede. Los trabajos comprendieron restauración de pisos, cubiertas y carpintería en general, al igual que pañetes y acondicionamiento para en funcionamiento de sus oficinas que ocuparon el inmueble hasta hace poco, dado el crecimiento de la planta de empleados. La casa está en muy buen estado de conservación, lo que es muestra de la calidad de los materiales empleados en su intervención.
Casa de las Veraneras
Casa localizada en la calle Quero del barrio de San Diego en Cartagena que originalmente fue de una sola planta como la mayoría de los inmuebles situados en ese barrio. En 2017 la firma Winward Island Fundation contrató con la firma de Alberto Samudio T. la restauración y el rediseño de este inmueble que había perdido sus características originales porque el propietario anterior lo había modificado para el funcionamiento de un hotel.
La intervención consistió en obras de liberación para rescatar volúmenes originales y reemplazo de materiales por los usuales en el período del siglo XVIII del cual data el inmueble y, además, obras de acondicionamiento para convertir la edificación en una casa unifamiliar, aprovechando la segunda planta que había sido permitida por las autoridades en la intervención anterior, pero sin que se reflejara en la fachada principal que siguió siendo de casa baja. Los resultados fueron muy exitosos a juicio de los propios dueños.
Palacio de la Proclamación
El 12 de marzo de 2013, con el propósito de participar en la Licitación Pública No. LIC.- S.I-001-2013 convocada por la Secretaría de Infraestructura de la Gobernación del Departamento de Bolívar con el fin de adjudicar y contratar el proyecto para la Realización de obras de liberación, elaboración de estudios arquitectónicos e ingenieriles, consultoría y asesoría cultural para la puesta en marcha del Centro Regional de Desarrollo de las Artes, la Cultura y la Artesanía de Bolívar y el Caribe, el CONSORCIO CASAS DEL CABILDO presentó la documentación correspondiente. Este Consorcio cuyo representante legal es el arquitecto Alberto Samudio Trallero, resultó ganador de la licitación y por tanto le fue adjudicado el contrato de Obra No. SI-C 673-2013, para la ejecución del objeto de la licitación en el Palacio de la Proclamación
El proyecto, liderado por el Gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín Rognini, tuvo como objetivo fundamental la recuperación del llamado Palacio de la Proclamación y su puesta en valor, con una función cultural digna y respetable, como lo amerita este inmueble, hito arquitectónico y patrimonial del centro histórico de Cartagena de Indias, reconocido por sus valores históricos y arquitectónicos, que le han merecido la condición de Bien de Interés Cultural de Ámbito Nacional. ALMA Centro Cultural de Bolívar, nombre que se le dio, que ocupará los espacios del Palacio de la Proclamación, se ha concebido como una institución que mostrará toda la riqueza cultural y las diferentes manifestaciones con que cuenta el territorio que abarca la Gobernación de Bolívar, la costa Caribe y un poco más allá, la región Caribe. El Centro se planeó como una institución interactiva, dinámica y dinamizadora, que rompa con esquemas y modelos tradicionales y no repitiera espacios culturales con los que ya cuenta la ciudad. Está dotado con los más altos estándares en cuanto al empleo de materiales y tecnologías, comparables con el nivel existente en el ámbito de las instituciones internacionales de su tipo. Sin dejar de ser una institución oficial del Departamento de Bolívar, el Centro Cultural se planeó para tener una estructura jurídico-administrativa que le permita actuar como un ente independiente, sustentable, que pueda manejarse con recursos económicos tanto oficiales como privados y con una plantilla de trabajadores mínima, que garantice su adecuado funcionamiento. En él hay un despacho protocolario para el Gobernador, con un salón para reuniones con personalidades invitadas a recepciones, imposición de condecoraciones, distinciones y reconocimientos u otras celebraciones y encuentros especiales.
Vale destacar la integración que se logró de la mayoría de sus espacios con los espacios contiguos, consiguiendo así una versatilidad que aumenta la capacidad para celebrar reuniones con asistencia numerosa.
También merece mencionar la moderna sala de cine con capacidad para 300 espectadores que habilita el inmueble para cineclubes, como una de las sedes del Festival Internacional de Cine de Cartagena y como sala de conciertos y conferencias; una cafetería en la primera planta, en la esquina del edificio con el parque de Bolívar y un restaurante en la terraza superior con bellas vistas a los alrededores. Para su propia sostenibilidad se acondicionaron los locales que dan al portal para que puedan ser arrendados.
Edificio Nacional
Localizado en la avenida Venezuela en el sector de La Matuna de la ciudad de Cartagena, es una edificación con un área de más de 4.500 metros cuadrados que data de los años cuarenta del siglo XX, de estilo neoclásico, cuando ya la arquitectura del Movimiento Moderno había llegado a Colombia. Fue obra de Rafael Lelarge para el funcionamiento de la Administración Postal Nacional.
Rafael fue hijo del conocido arquitecto Gastón Lelarge quien dejó muchas obras neoclásicas de importancia en Cartagena, entre ellas un extraordinario planteamiento urbano para el campo de La Matuna, donde situaba los edificios oficiales, inclusive el edificio de correos que construyó su hijo, pero con un diseño propio.
Posteriormente el edificio de ADPOSTAL pasa manos del Consejo Superior de la Judicatura que lo destina a la sede del Tribunal Administrativo de Bolívar. Para su restauración y acondicionamiento el Tribunal contrata en 1995 con la firma de Alberto Samudio T.
La intervención fue muy respetuosa con el edificio, pues la mayor parte de sus divisiones, en especial en su primer piso, fueron hechas en vidrio templado para conservar la transparencia, ya que el inmueble tenía muy pocas divisiones en esta planta.
La cubierta se desmontó para reparar la armadura de madera de su estructura y se aprovechó para lavar las tejas de enganche de cemento, ennegrecidas por acción de los hongos, y pintarlas con pintura especializada para techos.
Plan de Revitalización del Centro Historico de Cartagena
El Plan de Revitalización efectuado en el año 2011 fue un proyecto de la Alcaldía Mayor que tuvo como objetivo principal hacer del Centro Histórico de Cartagena de Indias un lugar de convivencia armónica para los habitantes y visitantes de la ciudad, en un ambiente de gran calidad, donde se siguieran desarrollando funciones de todo orden: institucionales, comerciales, político-administrativas, culturales, artísticas, recreativas, religiosas, educativas, de vivienda permanente y turística. El sitio que ofrezca oportunidades para todos, donde prevalezca el orden, la limpieza, la seguridad, el respeto por el derecho de los demás, el ejercicio de la cultura ciudadana; donde se acaten las normas urbanas; de fácil accesibilidad y movilidad, con aceras libres para el uso del peatón, sin barreras arquitectónicas para el desplazamiento de los discapacitados; el ámbito donde los habitantes de todos los barrios y los visitantes puedan interactuar de tal manera que consideren el Centro Histórico como algo propio, para darle sentido al hecho de ser patrimonio universal. Que el Centro Histórico se convierta, en fin, en motor del desarrollo de Cartagena que coadyuve en la reducción de los índices de pobreza de la ciudad.
El Plan de Revitalización desarrollado por la firma de Alberto Samudio Trallero, con la colaboración de expertos profesionales de distintas disciplinas, comprendió acciones urbanas y programas culturales para lograr la apropiación del centro histórico por parte de propios y visitantes.
Entre las acciones urbanas se cuentan:
- Parqueaderos subterráneos en el parque de la Marina
- Remodelación de la plaza de la Aduana
- Remodelación de la plazoleta Olímpica que pasó a llamarse Joe Arroyo
- Remodelación de la plazoleta TELECOM que pasó a llamarse Benkos Biojó
- Construcción del Paseo de Puerto Duro presidido por la estatua de la India Catalina
- Restauración del baluarte de San Miguel de Chambacú y construcción en su planta baja de una batería de baños para damas y caballeros.
- Restauración y reordenamiento del Parque del Centenario
- Remodelación de los ejes conformados por los callejones que unen las plazoletas de la Coca-Cola, Joe Arroyo, Benkos Biojó, y el Paseo de Puerto Duro
- Ejes conectores de las plazoletas de la Matuna con Getsemaní
Los programas socio culturales y de capacitación tuvieron como objetivo fundamental:
- Crear, consolidar y personalizar espacios de encuentro para la recreación, el arte, la cultura y la convivencia comunitaria
- Incentivar el compromiso ciudadano en el fortalecimiento de los valores cívicos, el rescate cultural y social del Centro Histórico
- Contribuir al perfeccionamiento y la consolidación de la imagen turística de Cartagena de Indias en concordancia con la condición de Patrimonio de la Humanidad de su Centro Histórico, con un rico legado cultural tangible e intangible
- Implementar programas para desarrollar habilidades artísticas y culturales en niños y jóvenes, para el rescate de la cultura popular, incluyendo diferentes manifestaciones: artes escénicas, música, danza, multimedios, lectura, oralidad, investigación, entre otras
- Fortalecer y crear espacios de participación de niños jóvenes y sus familias, para que adquieran capacidades que les permitan obtener ingresos personales y ayudar a sus familias, contribuyendo a la eliminación de alguno de los problemas sociales que se manifiestan en la ciudad
- Estimular el desarrollo profesional de personas y grupos que actúan sobre el territorio para lograr productos y resultados de mayor calidad, autenticidad, personalización e identidad
Fuerte San Sebastián del Pastelillo
El fuerte de San Sebastián del Pastelillo se construyó entre 1742 y 1743 con planos del ingeniero militar Juan Bautista Mac-Evan en el sitio donde se levantó el primer fuerte que se construyó en la bahía de Cartagena denominado fuerte del Boquerón.
El tenedor del Pastelillo es el Club de Pesca de Cartagena desde la expedición de la ley 30 de 1943, según la cual la custodia, conservación y cuidado de este bien de la Nación fueron restituidos a la Sociedad de Mejoras Públicas -después de estar encargado un tiempo a la Armada Nacional- con el fin de que la Sociedad de Mejoras continuara la organización y desarrollo que allí se habían venido adelantando como centro de atracción del turismo nacional y extranjero, por medio del Club de Pesca de Cartagena.
El 3 de marzo de 2008 la junta directiva del Club de Pesca decidió acometer obras de restauración en el fuerte del Pastelillo y contrató con este propósito a la firma de Alberto Samudio los estudios preliminares y el proyecto de intervención. Una vez obtenido los permisos por parte del Ministerio de Cultura y el Distrito de Cartagena (IPCC) se iniciaron los trabajos en enero de 2009.
Los trabajos efectuados fueron la consolidación estructural de las sub-bases del fuerte (instalación de defensas submarinas con bolsacreto) y restauración integral del fuerte en general incluyendo escarpas, merlones, troneras, banquetas, adarves, polvorín, garitones y todas aquellas partes del fuerte que requirieran intervención.
El fuerte es un lugar visitado permanentemente por los vecinos de Manga y de otros barrios de la ciudad y por los extranjeros llevados allí por los tours que se ofrecen en la ciudad, cumpliendo así uno de los compromisos adquiridos con la nación como condición para que le fuera dada la tenencia.
El Club de Pesca ejerce acciones de mantenimiento continuamente para mantener la fortificación en buen estado en ese medio salino tan severo.
Escuela de Bellas Artes
La escuela de Bellas Artes, hoy Institución Universidad de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, funciona en el claustro franciscano de San Diego en la plaza del mismo nombre, consagrado el 21 de octubre de 1625. Las obras fueron costeadas por el capitán Jorge Fernández Gramajo. San Diego funcionó como convento hasta comienzos del siglo XIX, pues para esa época, fue clausurado por la Ley 1 de 6 de agosto de 1821, que suprimió los conventos regulares que no tuvieran al menos ocho religiosos.
En 1824 fue destinado como sede de la Escuela Náutica de Cartagena.
No obstante, la historia del edificio da cuenta de otros usos y uno de ellos fue su destinación como cárcel durante más de un siglo. Finalizado el siglo XIX el convento sufre serios daños causados por la explosión de la primera planta eléctrica para el alumbrado público y privado de la ciudad en 1891, cuya caldera voló por encima del convento y cayó sobre el techo de la capilla, donde causó graves daños y mató a varios reos que cumplían su condena en ese sitio.
Para los festejos de la independencia, al reparar los daños causado por la explosión de la planta eléctrica, Luis Felipe Jaspe interviene el edificio y modifica el lenguaje arquitectónico del conjunto religioso. Toda la fachada del convento colonial fue reformada siguiendo la tendencia historicista de la época, imprimiéndole al exterior un aspecto neogótico que se mantuvo intacto hasta la intervención de la firma de Alberto Samudio Trallero en 1984.
Samudio, basado en una investigación histórica y en la exploración arqueológica y estratigráfica, devolvió a la fachada su aspecto original hasta donde fue posible, conservando el frontón neogótico de Jaspe -pues no encontró información al respecto- pero rescatando los arcos de medio punto de la fachada de la capilla que dan acceso a un pórtico o vestíbulo que precede la puerta de entrada a la capilla.
La intervención contempló la restauración integral del claustro y la capilla, y su acondicionamiento para el funcionamiento de la Escuela de Bellas Artes con un criterio riguroso según las normas internacionales y el uso de materiales tradicionales.
Casa de John Leguizamo
Proyecto de restauración, acondicionamiento, ampliación y ejecución de obras en una casa colonial de propiedad del actor colombiano John Leguízamo, localizada en la calle del Camposanto en el barrio de San Diego, con un área final de 457.00 metros cuadrados.
La casa tiene la tipología de Casa Baja, con ventanas de repisa en la fachada y planta en forma de C alrededor de un patio central. En la intervención cuyos planos y obra fueron encargados a la firma de Alberto Samudio, se agregó una planta adicional en la crujía del fondo, permitida por la norma contenida en el POT; se rescataron los espacios originales y se reemplazó la cubierta de asbesto cemento por techo de madera y teja colonial de acuerdo con la tipología del inmueble que adquirió su aspecto original. Los trabajos fueron ejecutados en el año 2007.
Terraza del Hotel Santa Teresa
Este trabajo consistió en la demolición de la terraza del hotel Charleston Santa Teresa en un área de 800 metros cuadrados y de la piscina localizada en ella, dado que al someter los elementos estructurales a un diagnóstico se estableció que se habían deteriorado por causa de la oxidación, perdiendo su capacidad portante y era indispensable su reemplazo, tal como se procedió a efectuar.
Conviene explicar que el hotel funciona en el antiguo convento de Santa Teresa, ubicado en la manzana que queda enfrente del Baluarte de San Francisco Javier en el Centro Histórico de Cartagena. En 1607 el convento y la iglesia anexa fue donado por doña María de Barros y Montalvo, viuda del vecino Hernán López de Mora, para pasar el resto de sus días al servicio de Dios en este claustro de monjas de la regla de Santa Teresa
Clausurado el convento se dividió en tres partes: en una estuvo alojado el cuartel de policía, otra parte sirvió durante muchos años de cárcel provincial; y la tercera tuvo diferentes destinos, en ella estuvo funcionando un taller de cerrajería, luego se estableció una fábrica de fideos; después sirvió durante muchos años al colegio de la Presentación regentado por Hermanas de la Caridad. También funcionó una Escuela de Varones del Distrito.
En épocas recientes fue adquirido por el Banco de la República con la intención de convertirlo en su sede de Cartagena, idea que no cristalizó. Fue vendido entonces a la firma constructora de Pedro Gómez Barrero que lo restauró y acondicionó como hotel de cinco estrellas de 87 habitaciones. Pasado el tiempo fue adquirido por la firma Charleston que lo viene manejando con mucho éxito.
La intervención realizada por la firma de Alberto Samudio Trallero en 2022, fue muy delicada, pues hubo que trabajar con el hotel ocupado (a excepción del quinto piso), con horarios restringidos para no molestar a los huéspedes y por las normas impuestas por las autoridades del tránsito en el centro histórico de Cartagena Pero finalmente se obtuvieron unos resultados muy satisfactorios con unos acabados de gran clase.
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